Queridos hermanos en el Verbo Encarnado,
En este día en que la Iglesia celebra la memoria de San Francisco de Asís había pensado enviar un saludo a los miembros de nuestro Instituto en Italia por ser el “Poverello” el patrono de esa nación, pero finalmente decidí hacerlo extensivo también a las otras provincias, y esto diversos motivos que deseo compartir con ustedes:
En primer lugar porque San Francisco está señalado en diversos pasajes de nuestras Constituciones como un modelo a imitar en algunas virtudes que hacen a la vida religiosa y en modo particular en el amor a la Cruz. Así leemos:
Respecto de la pobreza: «De San Francisco de Asís se decía que “nadie tan ambicioso de oro como él celoso de la pobreza…”. Este grado constituye la perfección de la pobreza» (Constituciones, nº 67).
Respecto del Santo Hábito: «Decía San Francisco de Asís que con la sola presencia del religioso vestido con su santo hábito ya se predicaba» (Constituciones, nº 154).
Respecto del amor a la Cruz se citan sus palabras: «Debemos desear vehementemente la cruz: “que muera por amor de tu amor, ya que por amor de mi amor te dignaste morir”» (Directorio de Espiritualidad, nº 136).
¡Su figura es por lo tanto muy importante para nosotros!
Además, en la fiesta del Santo que decidió servir a la “Dama Pobreza”, pensé que podría ser de provecho espiritual para todos el hacerles llegar un texto muy lindo del p. Segundo Llorente titulado por su mismo Autor -que no carecía de sentido del humor- Ducha diaria en las misiones – Llorente. El gran misionero de los esquimales de Alaska explica allí la relación que el misionero tiene con la pobreza y la gran fecundidad apostólica que deriva de la misma. Sé que éstas no serán palabras vacías para nuestros misioneros que en tantas ocasiones deben ofrecer el sacrificio diario y silencioso que comporta la pobreza, no sólo afectiva, sino también efectiva, es decir, una vida pobre de hecho. (Ducha-diaria-en-las-misiones-Llorente.docx)
Finalmente considero que es una buena oportunidad para que nos unamos para rezar en este día por las intenciones del Santo Padre, que ha elegido su nombre por San Francisco de Asís.
El beato Juan Pablo II, a quién consideramos Padre de nuestra Familia Religiosa, recordaba la vigencia de este Santo: «Cristo crucificado fue el guía del camino de Francisco desde el comienzo de su nueva vida hasta el final; Él, en el monte Alverna, le imprimió externamente sus llagas sagradas para que ante los ojos de todos los hombres él fuera “una reproducción de la cruz y pasión del Cordero inmaculado”. Francisco se realizó totalmente en conformidad con el Crucificado; y la razón principal de su extrema pobreza fue el seguimiento del Crucificado. Cuando ya se acercaba a la muerte, resumió toda su singular experiencia espiritual en estas sencillas pero sublimes palabras: “Conozco a Cristo pobre y crucificado” (2 Cel 105). Efectivamente, desde que se convirtió a Dios, vivió constantemente como quien había sido sellado por las llagas de Cristo. Volvamos ahora a la pregunta del principio: “¿Por qué todo el mundo va detrás de ti?”. Es ya evidente la respuesta, contenida en estas palabras de Jesucristo: “Yo, cuando sea elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí” (Jn 12,32). Muchos hombres, en efecto, son atraídos hacia Francisco de Asís porque él, a ejemplo de su divino Maestro, quiso en cierto modo “ser elevado de la tierra”, es decir, crucificado, de modo que ya no viviera él, sino Cristo en él, si se nos permite aplicarle las palabras del Apóstol (cf. Gal 2,20)» (Carta a los Ministros generales de las Órdenes franciscanas, 15 de agosto de 1982).
Termino entonces con el deseo de que sea este para todos un gran día de fiesta en el cuál “aguijoneados” por el ejemplo de los santos renovemos nuestro compromiso de imitar a Jesucristo, el Verbo Encarnado, quién «siendo rico, por vosotros se hizo pobre» (2 Cor 8,9).
En Cristo y María,
P. Carlos Walker, IVE
Superior General